Negociamos tu deuda: ahorra dinero y consigue facilidades de pago.
Negociar deudas bancarias: dando la vuelta al refrán
¿Negociar deudas?: el refrán tradicional decía que «más vale un mal acuerdo que un buen pleito».
Este era el sentir general, de que siempre era preferible negociar, aunque los términos de la negociación no fueran los mejores, a tener que enfrentarse a un pleito en el juzgado de resultado incierto.
Sin embargo, hemos dado la vuelta a este concepto.
Porque consideramos que efectivamente, lo ideal es negociar tus deudas, pero consiguiendo un buen acuerdo que evite un mal pleito.
Por eso nos hemos especializado en negociar deudas bancarias.
Nosotros podemos ayudarte a solucionar tu deuda.
A diario negociamos con bancos, financieras y con «fondos buitre« para conseguir lo mejor para nuestros clientes, y que puedas cancelar tu deuda.
En esta «guerra», la mejor de las armas que se ha inventando es la negociación amistosa.
Esto supone llegar a acuerdos para resolver tu deuda con los bancos que eviten los procesos judiciales en los que ya perdemos el control.
Si no es así, todo quedará en manos del juez, que dictará sentencia en el sentido que crea, normalmente dando la razón a los bancos.
No podemos perder de vista que en una negociación de deudas las dos partes quieren conseguir sus objetivos:
En el caso de las entidades financieras, es cobrar la deuda que tienen con el deudor.
Desde el punto de vista del deudor, su objetivo es intentar resolver su deuda.
Soluciona tu deuda
Nuestro objetivo principal es ayudarte a solucionar tu deuda.
Y la mejor herramienta es la negociación.
Desconfía de aquellos que te dicen que te van a solucionar tu deuda, y te «guardan tus ahorros» mientras te dicen que están negociando con tus acreedores, pero que en realidad, no negocian nada.
Para negociar, intentamos avenir todos los intereses en juego, de modo que el banco no salga ganándolo todo a costa del cliente:
Hay que tener en cuenta que, en todas las negociaciones, las partes tienen que ceder para llegar a un acuerdo que sea razonable para ambos.
Lo más común es una quita cuando el pago de la deuda se hace de forma inmediata.
O bien un fraccionamiento del pago de la deuda, pero sin quita.
Todo depende de las circunstancias personales y económicas del deudor, y la predisposición de la entidad financiera a llegar a un acuerdo.
Tu quieres cancelar tu deuda, y el banco quiere que la canceles.
Siendo así, no cabe duda de que la negociación de la deuda es siempre el mejor sistema para evitar conflictos.
Ahorra dinero a todas las partes: gastos de abogados, procuradores, peritos, tasas judiciales, costas judiciales, ahorra tiempo, y ahorra disgustos.
En fin, la negociación es la mejor de las formas para cancelar tu deuda.
No olvidemos que, en todas las guerras, los contendientes acaban capitulando en la mesa de negociaciones.
Somos abogados especialistas en negociación de deudas con bancos, financieras y fondos buitre
La negociación con bancos y financieras para arreglar tu deuda es nuestra especialidad.
Somos expertos negociadores, con muchos años de experiencia, y sabemos hasta donde podemos «apretar» en beneficio de nuestros clientes.
Igualmente, negociamos deudas con fondos «buitre».
Tu puedes intentarlo personalmente, pero es casi seguro que consigas mucho menos que nosotros.
Y también cabe la posibilidad de que te engañen.
O que se queden cabos sueltos que te van a perjudicar a corto plazo.
Deja en nuestras manos esta negociación, porque sabemos como hacerla.
¿Cuándo suele avenirse el banco o la financiera a un acuerdo?: cuando le demostramos que aunque gane el proceso judicial, no le va a servir de mucho.
Y eso porque la persona no tiene bienes para responder, por mucho que el Juzgado intente embargarle.
¿Se puede negociar una demanda con el Juzgado?
Categóricamente NO. Nadie puede negociar un proceso judicial, sea del tipo que sea, con el juzgado.
Esa posibilidad no está contemplada por la Ley.
El Juzgado tiene que ceñirse a la letra de la misma, y en ninguna parte está recogida esta posibilidad.
El Juzgado te pedirá que contestes a la demanda, en caso de ser un procedimiento verbal u ordinario, o bien que pagues o te opongas, si es un procedimiento monitorio.
Si no te personas en el procedimiento, te declarará en rebeldía y ya no te notificará nada más, excepto la sentencia.
¿Se puede entablar negociación con el acreedor cuando ya te ha demandado?
Nada impide negociar para resolver tu deuda si ya te han demandado. El único problema es el tiempo.
Si te han puesto una demanda, una negociación con el acreedor para que retire la demanda no es tarea fácil.
Y decimos que no es fácil, por varias razones:
La primera es que el acreedor probablemente ya te ha dado oportunidades de pagar que no has escuchado, o has incumplido.
En segundo lugar, el acreedor ya ha hecho un gasto de abogado y procurador para demandarte.
Por último, si el acreedor retira la demanda y después tu no cumples el acuerdo, ha perdido la oportunidad procesal de cobrarte, ahora o más adelante.
Esta es la razón del porqué, para que el acreedor retire la demanda, tendrá que tener mucha seguridad de que va a cobrar fuera del proceso.
Si no la tiene, se negará sencillamente.
Pero para esto hay una solución: homologar el acuerdo en el juzgado.
Esto consiste en presentar el acuerdo firmado por las partes en el juzgado, y el juez le da su visto bueno.
Si el deudor no cumple, el acreedor puede pedir la ejecución cómo si fuera una sentencia, y cobrar por embargos.
Pactar sobre una deuda que está en ejecución
Nada impide negociar una deuda bancaria que ya está en fase de ejecución, y te están embargando, o intentándolo.
En este caso, el acreedor no tiene nada que perder, especialmente cuando le resulta muy difícil o imposible cobrar su deuda, porque no tiene por donde meter mano al deudor.
Y ello porque el acreedor retirará la demanda de ejecución sólo cuando haya cobrado todo.
De esa forma, no asume riesgos, al contrario de lo que ocurre si renuncia al pleito en el transcurso del mismo.
El acreedor estará más dispuesto a negociar tu deuda si la ejecución no está dando los resultados apetecidos.
Posiblemente estará conforme con llegar a un acuerdo cuando comprueba que no tiene otra manera de cobrar.
Por ejemplo, porque no tengas bienes, y cobres nómina, pensión, paro o ayuda inferior al salario mínimo.
O bien porque aunque cobres más, la cuantía del embargo mensual es pequeña y el cobro puede eternizarse.
La negociación de la deuda consiste no solo en la rebaja del principal que debes, sino que se extiende a los intereses y a las costas.
Dependiendo del caso y de tu situación financiera, podemos conseguir mayores o menores ventajas para ti.
Por ejemplo: no es lo mismo negociar que pagues de una vez, porque has conseguido el dinero, que el pagar a plazos.
El acreedor suele hacer bueno el refrán del » Más vale pájaro en mano, que cien volando», especialmente cuando su intento previo de cobrar ha fracasado.
Estudiar la demanda por deudas
En muchas ocasiones las deudas bancarias que se reclaman son defendibles, por diversas razones.
Si de la naturaleza de la deuda, de su antigüedad, de la prueba que presenten, etc., vemos que hay bastantes posibilidades de ganar el pleito y no tengas que pagar, nos inclinamos por dejar que continúe el procedimiento hasta el juicio.
Siempre con la cautela de saber que ningún caso está ganado o perdido hasta que no haya una sentencia firme.
También que las decisiones judiciales no son unánimes,
Y que en muchas ocasiones, llegan a ser totalmente contradictorias unas con otras.
Cuando vemos que el pleito no es sostenible, y el porcentaje de posibilidades de perderlo es alto, consideramos que lo inteligente y sensato es negociar.
¿Que gana el acreedor negociando tu deuda?
Para negociar una deuda no es necesario que el acreedor ya haya ido al juzgado.
Se puede hacer desde el momento en que te reclame la deuda por primera vez.
Al acreedor le interesará SIEMPRE solucionar tu deuda y cobrar sin acudir al juzgado, y en muchas ocasiones acepta una rebaja de la que se beneficia el deudor, por varias razones:
.- Consigue un ahorro de gastos en abogados, procuradores, y tasas judiciales.
.- Igualmente, ahorra tiempo para cobrar
.- Se ahorra la incertidumbre, porque no todos los casos se ganan en el juzgado.
.- Ahorro de costas, si finalmente pierde el pleito.
.- Posibilidad de no cobrar la deuda, en todo o en parte, si el juzgado la declara abusiva, prescrita, etc.
¿Que ganas tu negociando la deuda que te reclaman?
Al deudor, o sea, a tí, seguro que te interesará negociar tu deuda si es reclamable, y finalmente vas a tener que pagar, por las razones que siguen:
.- Puedes ahorrarte posiblemente un buen dinero.
.- Ahorro de gastos en abogados y procuradores, si la deuda que te reclaman supera 2.000 euros.
.- Te ahorras los intereses moratorios.
.- Ganas el tiempo que te hacen perder los cobradores con sus llamadas amenazantes, y el desasosiego que supone.
.- También te libras de la incertidumbre, porque tanto si tienes razón como si no la tienes, el que decide es el juez.
Y si pierdes, y la deuda no supera 3.000 euros, no hay apelación para ninguna de las partes, por lo que tendrás que pagar a la fuerza.
.- Podrás ahorrarte las costas del contrario, si pierdes el pleito con condena en costas, que es lo habitual, si la demanda pasa de 2.000 euros.
.- Ahorro de las costas y de los intereses de la ejecución, si te condenan a pagar y no pagas.
.- En ese caso, ahorro de embargos de cuenta, de nómina, etc., con todo lo que supone.
Por todo ello, consideramos que cuando las cosas te vengan mal, y no puedes hacer frente a tus obligaciones, la negociación es la mejor de las soluciones para resolver tu deuda.
No esperes a que te demanden, o a que la deuda suba por intereses y costas si ya está en fase de ejecución.
Negociar deudas con bancos y financieras
Los bancos y financieras no suelen ser muy proclives a la negociación de deudas con los clientes.
Hay que tener en cuenta que ellos son la «parte fuerte» del contrato. Predisponen las condiciones, y el cliente tiene que aceptarlas tal cual.
Eso que cuentan llegado el pleito de que le dieron varias opciones al cliente para elegir, siempre es mentira.
Por eso, mientras el cliente vaya cumpliendo con normalidad las obligaciones que asume, el banco no quiere ni oir hablar de negociaciones ni cambios.
Sólo están dispuestos a sentarse a negociar cuando les vienen mal dadas, y el cliente deja de pagar.
Si el cliente les interesa, por su solvencia, harán algo por mantenerlo y si avendrán a conceder alguna ventaja.
Pero si el cliente no es importante para ellos, porque no les resulte rentable, ni escucharán sus problemas.
Por eso, negociar deudas con los bancos debe hacerlo siempre un experto, que además de defender al cliente, sea rico o pobre, no dejará cabos sueltos.