Tarjetas revolving: reclama sus intereses que nunca se terminan.
Las tarjetas revolving
Las tarjetas revolving o revolventes, son un tipo de tarjeta de crédito, por la cual, en lugar de que devuelvas todo el dinero a final del ciclo, normalmente de un mes, se te da la «facilidad» de ir pagando poco a poco tu deuda.
En teoría esto está muy bien, porque pagas «cómodamente» tu deuda.
En la práctica, terminas pagando varias veces el capital que te han prestado.
Y tu deuda termina convirtiéndose en lo que se ha venido a llamar una «deuda cautiva», porque no se acaba de pagar nunca.
Reclama tu Tarjeta revolving y deja de pagar intereses abusivos
Ahora es el momento de reclamar tu tarjeta de crédito revolving.
Estas son unas tarjetas muy usadas, que tienen como denominador común dos cosas:
- La facilidad con la que las conceden.
- La facilidad con la que estas tarjetas despluman a sus usuarios.
Los bancos y financieras, lanzaron esta modalidad de tarjeta para fomentar las ventas y el consumo.
Para ello usaron el viejo y manido argumento de «Compre ahora y pague después».
También diversos establecimientos de venta minorista, (Carrefour, El Corte Inglés, Alcampo, Ikea, Fnac, Leroy Merlin, Mediamarkt, Decathlon, Zara, Conforama, Eroski) lanzaron su propias tarjetas.
Lo mismo hicieron diversas compañías de transporte (RENFE, Iberia. Alsa. Air Europa) y energéticas (CEPSA, REPSOL, Unión Fenosa)
Estos créditos revolving, al contrario que un crédito o préstamo convencional, no tienen indicado un número de cuotas para su devolución.
Esto es una característica común a todas los créditos incorporados a tarjetas, ya que las cuotas varían en función de la forma de pago acordada.
¿Cómo se pagan las tarjetas revolving?
Puede acordarse una cantidad fija mensual, en la que se engloba capital e intereses.
Muchas veces se le añade un seguro a un precio carísimo, seguros que normalmente no valen para nada.
También puede contratarse la devolución del total mensualmente, incluyendo los intereses liquidados.
Conforme se va amortizando saldo, el mismo vuelve a quedar disponible, hasta el total del crédito autorizado.
Esto funciona sin necesidad de que el cliente tenga que hacer nada.
Todo un “invento” del sistema para que no nos privemos de nada.
¿No tenemos dinero? ¡No importa! ¡ya lo pagarás después!
¿Cuál es entonces el problema?:
Muy sencillo: su elevado coste.
La facilidad de compra tiene como contrapartida que el precio que se paga por este crédito es muy alto.
Los intereses alcanzan la categoría de usurarios, cuando los pagos se fraccionan.
¿Eres solvente? Al banco le da igual
Todos estos emisores de tarjetas incumplen la que debe ser la primera exigencia que una financiera tiene cuando concede una línea de crédito a un cliente.
Y esta es ASEGURARSE de que el cliente es solvente y podrá devolver el dinero prestado.
Sin embargo, no lo hacen porque los elevadísimos intereses y gastos a cargo del cliente, les compensa largamente los posibles créditos fallidos o difíciles de recuperar.
Además, hacen uso de una política de recuperación agresiva de los impagos.
El mecanismo fatídico de las «revolving»
Estas tarjetas revolving no son muy diferentes a otras cuando se paga toda la cantidad gastada al final del periodo de liquidación mensual.
Se cobran unos intereses razonables, y ya está.
El problema surge cuando el cliente no puede pagar la cantidad total y pide que se le fraccione el pago «en cómodos plazos».
Ahí es cuando entra en acción el mecanismo perverso.
El emisor suele fijar una cuota mínima, y el asfixiado usuario empieza agradeciendo tanta facilidad.
Pero ni se da cuenta de que con el pago de esa cuota mínima no paga ni siquiera los intereses generados.
Estos suelen estar normalmente alrededor del 25% y superiores.
Todo ello sin contar que la mayoría de estas tarjetas obligan a la contratación de un «seguro de amortización».
Esto, en todo caso, cubrirá el pago del saldo restante si cumples todos los innumerables requisitos que te exigirán para usar el mismo.
Las cuotas de estos seguros suelen ser tan elevadas que al final pagas (si es que alguna vez terminas) más de seguros que del capital prestado.
Impago de tarjeta
Y si devuelves una cuota, pues ya te caes con todo el equipo.
Te exigirán una comisión por impago y te liquidarán intereses moratorios (o sea, por el retraso).
Si estas comisiones e intereses no se pagan, pasan a engrosar el capital, generando, naturalmente, nuevos intereses.
Eso se llama anatocismo, que es cobrar intereses sobre los intereses.
Por eso, no es de extrañar que haya quien en su día tuvo una tarjeta con 2.000 euros de crédito, que en 8 años lleva pagado más de 8.000 y a quien todavía se le exige mucho más.
Es llamativo el caso de las tarjetas Wizink, lanzadas por el Banco Popular, de las que una sentencia de 2020 del Tribunal Supremo sobre sus tarjetas revolving ha declarado sus intereses usurarios.
Calculadora de tarjetas revolving Banco de España
Pinchando en el siguiente enlace, puedes acceder a una calculadora elaborada por el Banco de España para saber cuándo terminarás de pagar tu tarjeta revolving y cuántos intereses pagarás.
Puede realizar varias simulaciones y si pulsa en “Ver detalles”, acceder a la representación gráfica de las diferentes opciones, a las tablas de amortización y a su descarga en Excel y PDF.
¿Cómo reclamar tarjetas revolving?
Si has caído en la trampa de las tarjetas «revolving» habrás comprobado que la deuda no se acaba nunca.
Especialmente si pagas una cuota baja, o si devuelves alguna mensualidad.
Seguro que ya has pagado con creces el dinero del que dispusiste y aún así sigues debiendo lo mismo o más.
Este es el resultado de los tipos de intereses usurarios o leoninos que se aplican a estas tarjetas.
Ya se han dictado muchísimas sentencias de tarjetas revolving que dan la razón al cliente.
Por todas, la sentencia del Tribunal Supremo de las tarjetas revolving de Wizink Bank abre la puerta a reclamar en todos los demás casos de contenido similar.
Si quieres reclamar tu tarjeta revolving para que te devuelvan todas las cantidades que te han cobrado indebidamente, puedes traernos o remitirnos la documentación que tengas de la tarjeta: contratos, recibos pagados, comunicaciones de la entidad, etc.
Así, estudiaremos tu caso y comprobaremos si es reclamable o no.
De serlo, intentaremos una transacción amistosa con la emisora de la tarjeta.
Si no lo conseguimos por las buenas, estudiaremos una demanda judicial por cláusulas abusivas e intereses usurarios.
Tarjetas revolving de Caixabank
Caixabank, banco sucesor de la antigua La Caixa, de Barcelona, es una de las entidades que ofrecen a sus clientes una mayor oferta de tarjetas revolving.
Bajo diversas denominaciones, tales cómo tarjeta My Card, tarjeta Visa & Go, Repsol Más VISA, etcétera, tienen en circulación diversos instrumentos para despojar a sus clientes de su dinero, cobrando intereses usurarios de más del 22% anual.
Eso le ha permitido ganar 2.457 millones de euros en los tres primeros trimestres de 2022.
Según explica la propia web de Caixabank en su apartado de tarjetas:
«La modalidad de pago aplazado (revolving) consiste en pagar con intereses la totalidad del crédito utilizado, a plazos, mediante cuotas mensuales.
Ejemplo representativo calculado para devolver el crédito dispuesto de 1.500 € (importe total del crédito), de forma aplazada en 48 meses: TAE del 22,42 % TIN: 20,40 %. Importe total adeudado: 2.206,23 €. Coste total del crédito (pago de intereses): 706,23 €. Importe de las cuotas mensuales: 47 cuotas de 45,97 € y una última cuota de 45,64 €. Sistema de amortización francés.
Todo ello, bajo la hipótesis de que no se realicen nuevas operaciones que incrementen el saldo deudor de la tarjeta y que la deuda se formalice en el inicio del periodo.»
Ahora también puedes reclamar la devolución de estos intereses abusivos.
Llámanos y te diremos cómo podemos ayudarte.
Las deudas de tarjetas revolving también se venden a los fondos buitre
Los bancos y las compañías emisoras de tarjetas de crédito también acumulan millones y millones de euros impagados por clientes a los que les resulta imposible atender sus compromisos de pago.
Por eso, y siendo estos impagos un lastre que perjudican sus balances, terminan haciendo «carteras» de créditos fallidos que venden a fondos oportunistas, los llamados «fondos buitre», para que sean estos quienes los cobren.
De ello viene que un fondo como Promontoria Ares Dac, te reclame una deuda que tenías por una tarjeta con CaixaCatalunya, o que Investcapital o Kruk te reclame una deuda que tenías con Santander Consumer Finance, o que Fornax Capital te reclame una tarjeta de Cofidis.
Anatocismo en las tarjetas de crédito
Cómo decíamos antes, estas deudas se convierten en eternas cuando se producen impagos, porque todas estas tarjetas tienen mecanismos de anatocismo, es decir, cuando cobran intereses sobre los intereses no pagados en su fecha.
Para entender como funciona este mecanismo perverso, pongamos un ejemplo:
Tienes una tarjeta Wizink, que te cobra un 22% de interés. Un mes cualquiera te llega tu cuota. Ves que en ese momento el capital restante de pago es de 1.000 euros. El recibo que vas a pagar es de 100 euros, de los cuales van 60 a amortizar capital, y el resto (40) a intereses.
Si lo pagas normalmente, el capital restante será de 940 euros, y sobre este se calculará el interés a pagar en la próxima cuota.
Sin embargo, si no puedes pagar el recibo y lo has devuelto, al mes siguiente te encontrarás con que el capital restante no es de 1.000 euros, sino de 1.040, resultado de añadir los intereses que no pagaste al capital pendiente.
Y ahora los intereses ya no serán los mismos, sino superiores, porque se han calculado sobre un capital mayor.
Cada devolución de cuotas supone, por tanto, un incremento del capital a devolver, y unos intereses mayores a pagar.