SWAPS son sobrecostes inútiles en tu hipoteca. Pide su anulación.

Los seguros de tipos de interés o SWAPS

Los swaps son otros productos que se vieron obligados a contratar muchos de aquellos que contrataron una hipoteca.

En teoría, protegía al cliente contra las subidas del interés excesiva.

En la práctica supone lo contrario: una carga adicional a pagar en el recibo de su préstamo hipotecario. 

Un swap es un contrato complejo, básicamente utilizado por empresas al realizar ciertas inversiones o incluso compras a crédito.

Se contrata para cubrirse de subidas de tipos de interés.

Puede definirse como un producto derivado, que protege de posibles ascensos de estos tipos.

El swap es un producto muy utilizado en el mundo de las inversiones para cubrir carteras, aunque se trata de un instrumento de riesgo.

Es usado sobre todo por inversores cualificados e institucionales.

Son productos financieros de alto riesgo que normalmente intercambian un tipo fijo por uno variable.

No están ligados a operaciones concretas.

Sólo tendrá interés para quien esté endeudado por un importe nominal similar al nominal del contrato de swap a punto de suscribir.

El argumento utilizado para que quien tiene una hipoteca variable lo contratara, era protegerle de posibles subidas de interés por encima de un determinado nivel.

Todo ello, claro, a cambio de no beneficiarse de las bajadas. 

Es decir, deja el tipo congelado en un determinado nivel.

Se obliga a la entidad financiera a pagar el diferencial si el tipo sube del nivel máximo fijado, y se obliga al cliente a abonar la diferencia en caso de que el tipo baje.

Los SWAPS se ocultaban en las hipotecas

Algunas entidades comercializaron hipotecas que traen asociado este producto oculto bajo denominaciones como seguro de cobertura, bono clip, cuota segura o permuta financiera.

El swap vinculado a una hipoteca permite pagar un crédito referenciado a un tipo de interés fijo durante un plazo establecido. 

Esto es, independientemente de variaciones externas. 

Puede parecer interesante suscribirlo, sobre todo cuando los tipos de interés han bajado mucho.

Pero solo cuando es probable que en el corto plazo se produzca un cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo, y como consecuencia, suba el Euribor.

Los swaps son nefastos cuando se suscriben con niveles muy altos del Euribor.

Sobre todo, en un escenario en el que si se aplica una alta probabilidad en el corto plazo,  los tipos de interés comenzarán a bajar.

Las hipotecas con un SWAP son mucho más caras

El swap solo es un producto aconsejable cuando los tipos se encuentran en mínimos y hay posibilidad de que en el corto plazo el Euribor comience a subir.

Cuando los tipos están altos, suscribir una hipoteca con swap sale caro. 

Las entidades financieras que han vendido swaps a sus clientes han obrado con mucha picardía.

Y eso porque era previsible que dada la situación económica, el Euribor no permaneciera en máximos durante mucho tiempo. 

De hecho, ha estado varios años en tipos negativos, aunque ahora está alto tras las ultimas subidas del Banco Central Europeo para intentar contener la inflación.

Si el contrato es de este tipo (swap), se trata de una verdadera tomadura de pelo, porque en realidad el riesgo de ambas partes no es ni mucho menos equitativo. 

El cliente puede tener que pagar hasta ese máximo, pero la entidad prácticamente nada.

Ese tipo de contratos con techo de cobertura debe denunciarse porque implican mala fe por parte de la entidad que vende un producto complejo a consumidores que desconocen su funcionamiento. 

Ese tipo de clausulas deberían estar prohibidas.

Los bancos engañaron a sus clientes cuando le ofrecieron un Swap

La campaña de swaps comenzó a mediados del 2008 cuando el Euribor estaba subiendo, aunque todas las previsiones a largo plazo eran de tendencia descendente.

El hecho de que las entidades hayan vendido swaps a hipotecados en las condiciones descritas implica, cuando menos una falta de ética y una mala práctica bancaria.

Y esto en tanto en cuanto a los clientes no se les hayan proporcionado ejemplos del coste que podía suponer.

Tampoco las previsiones de la entidad sobre la evolución de los tipos de interés y la cualificación del riesgo real en que se incurra.

Otro aspecto importante es que el swap no aparece generalmente en las escrituras de la hipoteca.

No es una condición o clausula de la misma, sino un producto ajeno e independiente. 

Lo normal es que la entidad obligue a firmar un contrato en un documento anexo.

¿Cuál es su coste?

El swap tiene un coste. 

No es que la entidad aplique una cuota fija al mes, sino que la hipoteca aplicará unos tipos de interés concretos, y el swap implicará un coste adicional separado.

Muchas de estas operaciones cuestan ahora mismo más de un 0,20% del nominal de la hipoteca cada mes. 

Estos contratos tienen una duración de entre tres y cinco años.

Por ello, al cliente le duraría el quebranto mucho tiempo y, desde luego, por todo el que se prevé que los tipos de interés se mantengan en los niveles actuales.

Para una hipoteca de 100.000 euros el cliente pagaría unos 200 euros mensuales.

Estos se liquidarían de forma independiente a la hipoteca.

Pero que se añadirían a los intereses que pagaría por la misma en términos de coste global de las dos operaciones conjuntamente consideradas.

Como anular tu swap

Si aún sigues teniendo un swap en tu hipoteca, y consideras que te está perjudicando económicamente, debes solicitar su anulación.

Para ello, puedes contar con el asesoramiento de abogados expertos en derecho bancario, que saben cómo manejar estos asuntos.

Si lo deseas, puedes ponerte en contacto con nosotros y te diremos cómo podemos ayudarte.

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