Los cobradores de morosos coaccionan al deudor para que pague como sea
Cobradores de deudas
Los bancos, las financieras, las compañías de usureros que conceden microcréditos, los fondos buitre, las compañías telefónicas y de gran consumo, no permiten la morosidad entre sus clientes.
Por eso, en cuanto te retrasas un día en el pago de tus préstamos o de tus tarjetas, o has devuelto un recibo, los cobradores de deuda empiezan a llamarte insistentemente exigiéndote el pago.
Da igual que seas un cliente fiel y serio, y que nunca hayas fallado.
A las primeras de cambio, te acosarán para que te pongas al día.
Dependiendo de quien sea el acreedor, al principio las llamadas serán automáticas.
Tienen unos sistemas que marcan tu teléfono, te piden que confirmes que eres tu, y te dejan un mensaje.
Si no haces caso, en poco son operadores telefónicos quien te llaman.
Al principio, con buenas formas. Si pasas de ello o no contestas, o la demora en el pago en grande, empiezan las amenazas.
Esto puede llegar a ser un suplicio, porque no se trata de una llamada de vez en cuando, recordando el pago, o una llamada al día: es un no parar de llamadas continuas.
Si finalmente no obtienen el resultado deseado, pasan tu expediente al departamento jurídico, que normalmente te demandará mediante un juicio monitorio.
El acoso a los deudores
- Estas compañías utilizan tácticas de acoso telefónico, para rendir psicológicamente al deudor y que pague.
- Utilizan cobradores de deuda violentos. Son gente con poca o nula empatía, que tratan a las personas como delincuentes.
- Es muy común que llamen a familiares, o a personas que tienen los mismos apellidos que tu. Eso infringe la normativa de protección de datos.
- Si se da el caso, recopila una declaración por escrito de la persona extraña al asunto que ha sido llamada y pon una denuncia en la Agencia de Protección de Datos.
- Es habitual que en estas llamadas los cobradores se pasen «tres pueblos» y hagan víctima de coacciones al deudor, lo que incluye amenazas de embargo inmediato, e incluso penas de cárcel.
- En ocasiones se oyen insultos, desde los mas «leves» cómo llamarle moroso, a otros más subidos de tono, como llamarte sinvergüenza.
Te amenazarán con que todos tus familiares, amigos y compañeros de trabajo se van a enterar de que no pagas tus deudas.
Defenderte de los cobradores
El acoso de estos sujetos y «sujetas» llega a extremos desesperantes. Pues bien: tu también tienes derecho a defenderte de ellos.
Por eso, puedes seguir estos sencillos consejos, y seguro que te darán resultado:
Instala en tu móvil una aplicación de grabación de llamadas.(Hay muchas y casi todas son gratis)
- Graba todas las llamadas que te hagan estos cobradores, porque pueden servir de prueba ante una eventual denuncia.
- Cuando te digan que van a grabar la llamada, diles que no estás conforme con dicha grabación.
- Si insisten, cuelga directamente.
- Si las llamadas incluyen amenazas, insultos o coacciones, con más razón hay que grabarlas.
- También llaman a tu empresa insistentemente preguntando por ti.
- Si ello ocurre, debes manifestarle al encargado o a la persona que coja el teléfono que le diga al llamante que a ti sólo se te puede llamar a tu lugar de trabajo para cuestiones relacionadas con el mismo, no para asuntos personales.
- Normalmente esto funciona y dejan de llamar.
- Todo este acoso tiene la finalidad de que finalmente el deudor pague para poder liberarse del mismo.
Es cómo el cobrador del frac, pero por teléfono.
Bloquea sus números y no facilites datos
- Cómo eso es jugar sucio, nuestro consejo es que bloquees los números desde los que llaman.
- Usan muchos números diferentes, pero la lista no es eterna.
- Si el acoso llega a extremos insufribles ,cambia de número.
- Si el asunto pasa de castaño a oscuro, es cuando se considera acoso telefónico, y puede constituir un delito de coacciones.
- Si te ocurre esto, recopila todas las llamadas y pon una denuncia en el juzgado, en la Comisaría de Policía o en la Guardia Civil.
- Nunca des ningún dato personal por teléfono.
- Es muy posible que a la entidad que gestiona el cobro le falten datos necesarios y pretenda obtenerlos directamente de ti.
- No facilites D.N.I., ni dirección, ni otros números de teléfono, ni donde trabajas ni en qué, ni tu estado civil, ni si tiene cuentas, NI NADA DE NADA.
- Jamás reconozcas que debes nada.
- En casos graves, puedes plantear una denuncia por acoso ante la Agencia de Protección de Datos o ante las autoridades de consumo de su Comunidad Autónoma.
- Muchas veces te amenazarán con embargarte el sueldo de inmediato, o quitarte tu casa, incluso meterte en la cárcel.
Eso es todo mentira.
- Ninguna empresa te puede embargar nada sin un previo procedimiento judicial, en el que tienes todas las posibilidades para defenderte.
- Por otra parte, en España nadie va a la cárcel por deudas con otras personas o entidades.